martes, 31 de marzo de 2009

Comienzan en el Ateneo de Madrid los actos conmemorativos del bicentenario de Larra


Los Príncipes de Asturias presidieron la inauguración de los actos que conmemorarán el segundo centenario del nacimiento de Mariano José de Larra. El pasado 24 de marzo, el Ateneo de Madrid dio por comenzado el período durante el cual se celebrará la efeméride del literato y periodista madrileño.



En una ceremonia presidida por Don Felipe y Doña Leticia, ambos socios del Ateneo; el ministro de Cultura, César Antonio Molina; y el presidente de la sociedad, José Luis Abellán, se recordó al insigne escritor José de Larra (Madrid, 24 de marzo de 1809 – Ibídem, 13 de febrero de 1837), doscientos años después de su muerte; un Larra que, curiosamente, fue el primer socio que tuvo el Ateneo de Madrid allá por 1835.


El homenaje, promovido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y el Ateneo de Madrid, consistirá en una serie de eventos que se celebrarán a lo largo de todo el año 2009, hasta el 9 de diciembre, con el fin de recordar la vida y la obra de uno de los más célebres escritores españoles.


En su discurso, el Príncipe Felipe quiso subrayar la “portentosa capacidad de observación y análisis de Larra” y su “hondo amor” por la nación española. Además, Su Alteza Real aseguró que “el genio exigente” del escritor madrileño continúa vigente, pues, tal y como señaló Don Felipe, supone “una apelación permanente a la construcción de una España cada vez mejor”, condición indispensable en los tiempos de crisis en que vivimos.


Otra de las intervenciones en este acto de inauguración fue la del dramaturgo Francisco Morales Nieva, en representación de la Comisión de Honor de este ciclo, quien quiso calificar a Larra de “descubridor de una época y alma del Romanticismo español”. El académico de la Lengua, además, rindió tributo al escritor madrileño con un “homenaje teatral” ligado a su propia obra.


Por su parte, el presidente del Ateneo, José Luis Abellán, se encargó de resaltar la condición de sufridor de que siempre hizo gala José de Larra por culpa de su visión sobre España. Larra supo advertir mejor que nadie “que vivía en un país con gran retraso respecto al resto de Europa", según Abellán, quien atribuyó a esta circunstancia “uno de los motivos que provocó su muerte temprana”. Por otro lado, Abellán quiso hacer un guiño a los Príncipes de Asturias asegurando que “en esta casa, con tanta tradición republicana, también tiene la Monarquía su asiento bien ganado”; no en vano la sede actual del Ateneo fue inaugurado por los reyes Alfonso XII y María Cristina.


Por último, para concluir el acto, el Ateneo contó con la participación de Jesús Miranda de Larra, chozno del celebérrimo escritor, que redundó en la idea, sugerida por Don Felipe, de que el espíritu de Larra continúa vigente en la España contemporánea, afirmando, además, que “la España que hizo sufrir” a Larra ya no existe. Asimismo, el descendiente del homenajeado escritor instó a “que cada español cumpla con sus deberes y contribuya a las mejoras posibles” de la nación española.

Así, todos coincidieron en que Larra se sentiría satisfecho con la España del momento: democrática, avanzada y alejada de la viciada y degenerada sociedad por la que tanto se preocupó en vida el escritor romántico, y que, en palabras de Abellán, "le hizo sufrir más que nada", en tanto que intelectual pero también como periodista. "Hoy, Larra no se suicidaría", sentenció Miranda de Larra.


Un homenaje especial para Doña Leticia


Este acto, que dio el pistoletazo de salida para la conmemoración de José de Larra, supuso un motivo de satisfacción para los Príncipes de Asturias, ambos socios del Ateneo que acogió el evento. Pero sobre todo fue un homenaje muy especial para Doña Letizia, pues, quizás por su condición de periodista (y, por tanto, colega de profesión), Larra es uno de sus escritores preferidos. De hecho, la Princesa escogió un título de la obra de Larra, El doncel de Don Enrique el Doliente, como regalo para Don Felipe en su petición de mano.





Se cumple el bicentenario de José de Larra (1:22 min.)







Larra, el más romántico de los escritores románticos


Desde su primer día de vida, ya quedaría marcada su vocación de romántico. Mariano José de Larra nació en la calle Segovia de Madrid en plena Guerra de Independencia, circunstancia que inevitablemente marcaría su devenir y su condición de romántico. Siempre preocupado por la España en la que le tocó vivir la mayor parte de su corta vida, el Larra periodista escribió infinidad de artículos criticando férreamente, gracias a su aguda capacidad de observación y a sus geniales sátiras, la sociedad española en todos sus estamentos.


Su vida amorosa, del mismo modo, no contribuiría a paliar ese sentimiento romántico que tan tempranamente le llevaría a la muerte. Su matrimonio fallido y su visión apocalíptica de la sociedad española le precipitarían, en 1937, a un suicidio que conmocionó a todo el mundo en Madrid, en donde, el que fuera el periodista mejor pagado de España, se había ganado un profundo respeto y admiración.


Su buena posición social le permitió ser enterrado con funeral en sagrado, totalmente prohibido por La Iglesia para quienes se suicidan. A su tumba fue a parar un joven poeta vallisoletano, José Zorrila, quien le dedicó un improvisado poema a Larra que conmovió a todos los presentes. Precisamente, ese mismo poema fue leído el pasado día 24, doscientos años después del nacimiento de Larra, por el poeta Alejandro Sanz; El propio Abellán con él y una treintena de personas más evocaron aquél momento de 1937 y honraron así la memoria del célebre escritor madrileño.










viernes, 13 de marzo de 2009

Se cumplen 70 años del exilio de Antonio Machado sin que sus restos hayan sido repatriados

Recientemente, se ha cumplido el septuagésimo aniversario del fallecimiento de Antonio Machado, pero la efeméride es más importante aún porque tanto tiempo es el que lleva el poeta sevillano en el exilio. 70 años han pasado sin que los restos de Machado hayan vuelto a España, pese a que es deseado por muchos, para acabar, de manera simbólica, con el exilio republicano de 1939.



“Caminante no hay camino. Se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. No estaría de acuerdo, Antonio Machado (Sevilla, 1875 - Collioure, 1939), con sus propios versos en los días que precedieron a su muerte. A buen seguro, hubiera dado su último aliento por volver a la España que le vio nacer y le inspiró a lo largo de toda su vida y a lo ancho de toda Castilla. Pero ya nunca retomaría aquél camino pirenaico que dejó atrás huyendo de los insurgentes grises. Ahora, cuando se cumplen 70 años de su fallecimiento en Collioure, en la frontera con Francia, surge la pregunta de por qué no se han repatriado los restos del escritor sevillano tras 34 años de democracia.


Aquella desagradecida democracia, que siempre defendió en vida, le ha negado estos días el reconocimiento que merece el poeta. Un Machado que murió sin ver el ansiado y soñado triunfo de la República, pero sin ver, del mismo modo, el trágico final de su España, tomada por los militares exaltados, y el de sus propios colegas, duramente represaliados.


El escritor noventayochista ha sido olvidado en el exilio –no así su obra, que aún hoy influye en cientos de poetas–; apenas se ha recordado tan trágica fecha en la España actual, y los homenajes se reducen a unos cuantos ramos de flores sobre su tumba y un montón de cartas que siguen llegando al buzón del propio Machado en el cementerio.


La larga etapa franquista parece haber anulado la pasión que despertaron Machado y sus compañeros de viaje en el camino de la literatura. En España se ha olvidado cuán importante es la obra de todos estos literatos y la importancia de su herencia para el devenir del país, siendo recordados más y “mejor” en aquéllos países que acogieron el exilio de todos ellos.


Ya es hora de que el poeta sevillano vuelva por la grande a su amada patria para que pueda volver a ver “estos días azules y este sol de la infancia” (su último verso, encontrado por su hermano José a la muerte de aquél), como deseó en sus últimos días.





Antonio Machado, 70 años de exilio (3:01)





Malos tiempos para muchos escritores coetáneos


Fueron tiempos sombríos, los años de la Guerra Civil y posguerra, para muchos de los grandes e ilustres intelectuales españoles. Muchos, como García Lorca, perecieron por no enterrar sus ideas. Otros, como el propio Machado o Pedro Salinas, se mantuvieron fieles a sus ideas republicanas y marcharon al exilio, sin que jamás pudieran volver. Algunos, con más suerte, como Jorge Guillén o Rafael Alberti, regresaron a España a la muerte de Franco (recientemente, se ha especulado con que Alberti renunciara a su promesa de volver a la España franquista por temor a morir antes del óbito del dictador, y regresó a su Puerto de Santamaría natal de manera clandestina).


Pero no todo fue rebeldía frente al régimen franquista entre los escritores de las Generaciones del 98 y del 27. Algunos, como Miguel de Unamuno (quien sólo unos meses antes de su muerte se arrepentiría de su actitud), se adhirieron a las ideas revolucionarias y proclamaron la victoria de Franco, mientras Lorca, por ejemplo, era injustamente fusilado. Entre aquella nómina de escritores “adeptos” figuraba Manuel Machado, hermano de Antonio, que permaneció en España en el 39 mientras su madre y sus dos hermanos partían hacia el exilio. Tales eran las vicisitudes de aquél período del que estos días se conmemora el septuagésimo aniversario.


Cela, testigo del exilio literario


El próximo día 24 de marzo, se pondrá a la venta 'Correspondencia con el exilio' un libro en el que se recoge buena parte de la comunicación postal que Camilo José Cela decidió entablar con sus colegas exiliados. El volumen muestra cartas -que el Premio Nobel envió y recibió de escritores como Jorge Guillén, Luis Cernuda, María Zambrano o Rafael Alberti, entre otros muchos (13 en total)- en las que se retratan, por ejemplo, la frustración que supuso para todos ellos abandonar sus casas o el miedo a no poder volver a España nunca más. Todo un homenaje a aquellos escritores que, en mayor o menor medida, participaron de la identidad de España y a los cuales el tiempo (y la herencia latente del franquismo) no ha sabido devolver todo lo bueno que ellos dieron.



J.R. Hevia

martes, 10 de marzo de 2009

Fernando Meirelles presenta 'A ciegas' en Madrid, que se ha estrenado este viernes en España

La noche del lunes 2 de marzo, fue presentada en Madrid ‘A ciegas’, la última película de Fernando Meirelles, basada en “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, que ha llegado a las pantallas españolas el pasado viernes día 6, un año después de su estreno en el Festival de Cannes de 2008.


Este viernes, 6 de marzo, se ha estrenado en España ‘A ciegas’, una película dirigida por Fernando Meirelles, cuyo guión está basado en la novela de José Saramago Ensayo sobre la ceguera’. Igual que hiciera con ‘Ciudad de Dios’ o con ‘El jardinero fiel’, este cineasta brasileño ha llevado a la gran pantalla una historia nacida de una pluma, después de que, como él mismo aseguró en la presentación del film en la Casa de América de Madrid, la novela del premio Nobel portugués causara en él una “fuerte impresión”.

Hace ya más de una década de aquella impresión, y es que, tras los muchos esfuerzos de Meirelles por hacerse con los derechos de la obra, este largometraje es fruto de un mimado cuidado y de múltiples mejoras y perfecciones sobre diferentes montajes que no terminaban de cuajar: “me di cuenta de que me había pasado, es una historia dura, pero con esta versión resulta menos dura que originalmente”.

Meirelles, afirma haber trabajado con total libertad, lo cual le resultó “muy positivo”. Y, a pesar del “miedo” que tenía de que su película no gustara al creador de la historia, José Saramago se congratuló del contenido de la cinta e incluso rompió a llorar, con la consiguiente satisfacción del cineasta.

Meirelles se adueña, con este film, del discurso del escritor luso para retomar la crítica social de la que ya ha hecho gala en otras películas, como las arriba mentadas. En ‘A ciegas’, el director brasileño, como hiciera Saramago en la novela que escribió, carga contra el primer mundo y contra el egoísmo y la falta de solidaridad que hoy están más presentes que nunca. Reivindica así, Meirelles, la extinción de esa ceguera que caracteriza al mundo desarrollado y que no le permite ver más allá de su entorno más próximo.



Tráiler de 'A ciegas'





La enésima adaptación de una novela para el cine

La adaptación que Fernando Meirelles ha hecho de la novela de Saramago es sólo una más de las muchas que han proliferado en el cine, sobre todo en el norteamericano, en los últimos tiempos. Parece que las ideas escasean en la industria cinematográfica y que cada vez resulta más complicado ser originales en un relato audiovisual.

Esta circunstancia está siendo salvada, de unos años a ahora, por los libros. Los mayores taquillazos están siendo las películas cuyo guión es adaptado de una novela o un conjunto de ellas. Un claro ejemplo lo encontramos en los dos últimos grandes éxitos de la factoría Hollywood: ‘The reader’ y ‘El curioso caso de Benjamin Button’, ambas películas basadas en novelas que dieron origen a sendas historias.

Parece que ha llegado el tiempo de la revalorización del libro como fuente no sólo de sabiduría, sino también de originalidad y creatividad destinada al entretenimiento.