viernes, 13 de marzo de 2009

Se cumplen 70 años del exilio de Antonio Machado sin que sus restos hayan sido repatriados

Recientemente, se ha cumplido el septuagésimo aniversario del fallecimiento de Antonio Machado, pero la efeméride es más importante aún porque tanto tiempo es el que lleva el poeta sevillano en el exilio. 70 años han pasado sin que los restos de Machado hayan vuelto a España, pese a que es deseado por muchos, para acabar, de manera simbólica, con el exilio republicano de 1939.



“Caminante no hay camino. Se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. No estaría de acuerdo, Antonio Machado (Sevilla, 1875 - Collioure, 1939), con sus propios versos en los días que precedieron a su muerte. A buen seguro, hubiera dado su último aliento por volver a la España que le vio nacer y le inspiró a lo largo de toda su vida y a lo ancho de toda Castilla. Pero ya nunca retomaría aquél camino pirenaico que dejó atrás huyendo de los insurgentes grises. Ahora, cuando se cumplen 70 años de su fallecimiento en Collioure, en la frontera con Francia, surge la pregunta de por qué no se han repatriado los restos del escritor sevillano tras 34 años de democracia.


Aquella desagradecida democracia, que siempre defendió en vida, le ha negado estos días el reconocimiento que merece el poeta. Un Machado que murió sin ver el ansiado y soñado triunfo de la República, pero sin ver, del mismo modo, el trágico final de su España, tomada por los militares exaltados, y el de sus propios colegas, duramente represaliados.


El escritor noventayochista ha sido olvidado en el exilio –no así su obra, que aún hoy influye en cientos de poetas–; apenas se ha recordado tan trágica fecha en la España actual, y los homenajes se reducen a unos cuantos ramos de flores sobre su tumba y un montón de cartas que siguen llegando al buzón del propio Machado en el cementerio.


La larga etapa franquista parece haber anulado la pasión que despertaron Machado y sus compañeros de viaje en el camino de la literatura. En España se ha olvidado cuán importante es la obra de todos estos literatos y la importancia de su herencia para el devenir del país, siendo recordados más y “mejor” en aquéllos países que acogieron el exilio de todos ellos.


Ya es hora de que el poeta sevillano vuelva por la grande a su amada patria para que pueda volver a ver “estos días azules y este sol de la infancia” (su último verso, encontrado por su hermano José a la muerte de aquél), como deseó en sus últimos días.





Antonio Machado, 70 años de exilio (3:01)





Malos tiempos para muchos escritores coetáneos


Fueron tiempos sombríos, los años de la Guerra Civil y posguerra, para muchos de los grandes e ilustres intelectuales españoles. Muchos, como García Lorca, perecieron por no enterrar sus ideas. Otros, como el propio Machado o Pedro Salinas, se mantuvieron fieles a sus ideas republicanas y marcharon al exilio, sin que jamás pudieran volver. Algunos, con más suerte, como Jorge Guillén o Rafael Alberti, regresaron a España a la muerte de Franco (recientemente, se ha especulado con que Alberti renunciara a su promesa de volver a la España franquista por temor a morir antes del óbito del dictador, y regresó a su Puerto de Santamaría natal de manera clandestina).


Pero no todo fue rebeldía frente al régimen franquista entre los escritores de las Generaciones del 98 y del 27. Algunos, como Miguel de Unamuno (quien sólo unos meses antes de su muerte se arrepentiría de su actitud), se adhirieron a las ideas revolucionarias y proclamaron la victoria de Franco, mientras Lorca, por ejemplo, era injustamente fusilado. Entre aquella nómina de escritores “adeptos” figuraba Manuel Machado, hermano de Antonio, que permaneció en España en el 39 mientras su madre y sus dos hermanos partían hacia el exilio. Tales eran las vicisitudes de aquél período del que estos días se conmemora el septuagésimo aniversario.


Cela, testigo del exilio literario


El próximo día 24 de marzo, se pondrá a la venta 'Correspondencia con el exilio' un libro en el que se recoge buena parte de la comunicación postal que Camilo José Cela decidió entablar con sus colegas exiliados. El volumen muestra cartas -que el Premio Nobel envió y recibió de escritores como Jorge Guillén, Luis Cernuda, María Zambrano o Rafael Alberti, entre otros muchos (13 en total)- en las que se retratan, por ejemplo, la frustración que supuso para todos ellos abandonar sus casas o el miedo a no poder volver a España nunca más. Todo un homenaje a aquellos escritores que, en mayor o menor medida, participaron de la identidad de España y a los cuales el tiempo (y la herencia latente del franquismo) no ha sabido devolver todo lo bueno que ellos dieron.



J.R. Hevia

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