lunes, 27 de abril de 2009

Los e-books declaran la guerra al libro convencional

La aparición de Internet y de las nuevas tecnologías de la comunicación está provocando que todos los soportes y medios tengan que adaptarse a los nuevos tiempos. También el libro, tal y como se conoce hasta hoy, sufrirá una transformación en su formato: el papel desaparecerá para dar paso a un dispositivo en el que podrán almacenarse más de 1.500 libros que se leerán en una pantalla táctil.

Tarde o temprano tenía que ocurrir: igual que la industria musical o la cinematográfica, también el mercado editorial va a sufrir una inminente revolución. La aparición de los denominados e-books (traducido al español, libros electrónicos) conlleva, a la fuerza, la transformación del libro convencional. Gracias a estos dispositivos, que apenas superan el tamaño de una mano, podrán leerse infinidad de libros sin necesidad de disponer de una extensa biblioteca en casa. Al igual que ocurre con un reproductor de mp3 o uno de DVD portátil, los e-books permitirán almacenar cientos de libros que podrán ser consultados en cualquier momento y lugar con un simple movimiento de dedo.


Los e-books no son un soporte relativamente reciente –se llevan comercializando desde hace un par de años– pero, hasta el momento, sus desorbitados precios, excesivo tamaño y la escasa legibilidad que ofrecían no habían permitido su consolidación. Sin embargo, una nueva generación de estos libros no convencionales, liderada por grandes empresas del mundo de las telecomunicaciones, está teniendo una gran aceptación en el mundo anglosajón. La mejora del diseño y la facilitación de la lectura han terminado de dar el impulso definitivito a estos libros electrónicos. Además, los usuarios parecen haber entendido que su precio, que no ha dejado de ser prohibitivo para muchos, puede ser rápidamente rentabilizado, a pocos libros que se lean por medio de estos e-books.

De esta manera, la industria editorial también sucumbirá a la revolución de la era digital y comenzará, como ha ocurrido en los mercados musical y cinematográfico, a acusar notables pérdidas a causa de las nuevas tecnologías: son altas las cifras de descargas ilegales de libros que, a partir de ahora, tendrán un soporte que facilitará y mejorará su lectura.

Qué duda cabe, pues, de que si las editoriales quieren resistir al imparable incremento de descargas e intercambios Peer To Peer (entre personas), éstas tendrán que adaptar sus servicios a las nuevas circunstancias: el papel deberá ser sustituido por archivos descargables, de forma legal y bajo pago, que puedan ser leídos en los diferentes e-books disponibles (no resultaría extraño un próximo acuerdo entre alguna gran editorial y una compañía que desarrolle estos libros electrónicos, a la manera, por ejemplo, de los acuerdos entre grandes productoras de cine, como Metro Golden-Meyer y el portal de vídeos Youtube) para, finalmente, poder minimizar los devastadores efectos que tiene para este tipo de sectores la revolución tecnológica.

De hecho, las cifras de volumen de negocio ya invitan a llevar a cabo dicha "mediamorfosis": mientras que las ventas de libros convencionales han caído un 5% en 2008, las de los libros electrónicos se incrementan hasta el 69%, según publica el último informe del Foro Internacional de Edición Digital (IDPF)(en inglés). Es la prueba de que el futuro de la lectura, ya sea con fines académicos o por entretenimiento, pasa necesariamente por estos novedosos aparatos. No obstante, esto no significa que el libro convencional vaya a desaparecer radicalmente, sino que se verá obligado a convivir, sobre todo entre nostálgicos, frente a las muchas ventajas y prestaciones que ofrecen los e-books.

Las ventajas que ofrecen estos aparatos emuladores de libros son innumerables, pues van en aumento a medida que crece la investigación y se desarrolla la tecnología de que dispone: para empezar, como se ha explicado, se podrán llevar en una pequeña máquina, apenas más grande y no más pesada que un teléfono móvil, entre 1.000 y 2.000 libros; misión que, de otra manera, precisaría de una gran biblioteca ambulante para llevarse a cabo. Hasta hace pocos años, hubiera sido inconcebible salir de casa o ir de viaje con mil libros en la maleta; hoy, es posible, eso y más, gracias a los e-books.

Además, estos libros electrónicos permiten al usuario escoger el tipo y tamaño de letra que prefiera e, incluso, que le narre el texto una voz a través de los auriculares. Además, para quien piense que estos nuevos soportes limitan la capacidad de acción del lector, algunos dispositivos han desarrollado un sistema que permite subrayar cuanto se quiera destacar sobre el texto o escribir anotaciones en los márgenes. Pero los usos de estos e-books no se reducen a la lectura de libros: gracias a estos aparatos, se podrán consultar recursos web, leer periódicos o navegar por cualquier página de la Red, utilizando éstos a modo de ordenador personal.



Otras ventajas de los libros electrónicos (3:07 min.)




Como se puede comprobar, el e-book no sólo no reduce las posibilidades del libro convencional, sino que además se incrementan y se mejoran sus prestaciones. De hecho, al carro de los libros electrónicos se están subiendo muchas compañías de teléfonos móviles, que ven en este negocio una buena oportunidad de ampliar su gama de servicios aprovechando las sinergias que de su propia empresa se desprenden.

No obstante, parece obvio que nada podrá resultar tan gratificante como la sensación de tener un libro entre las manos, de poder manosearlo y olerlo; pero, como se desprende del concepto de "mediamorfosis", el libro como tal no desaparecerá radicalmente; tan sólo quedará limitado a ciertos ámbitos, sobre todo el académico, en beneficio de un e-book que, en estos momentos, se cotiza al alza.

lunes, 20 de abril de 2009

Javier Cercas sobre el 23-F: “Como país no actuamos de manera brillante, ni estuvimos a gran altura"

Javier Cercas publica Anatomía de un instante, un relato que aborda los hechos acontecidos durante el golpe de estado del 23-F. Después de 28 años, Cercas se atreve, incluso, con la figura del rey, a la que critica ferozmente por su actitud en los tiempos de la transición democrática.


En una España reposada en libertades y con una democracia bien consolidada, al menos a priori, Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha encontrado el momento para afrontar uno de los momentos más delicados de la Historia española más reciente: el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Tras casi tres décadas desde que fracasara el intento de restaurar una dictadura militar, y con una sociedad que confía plenamente en la democracia, Cercas considera que el país ha gozado de un amplio período de reflexión y que está preparado para conocer la “verdad”, su verdad: “No creo que este libro vaya a provocar ninguna catástrofe”, ha declarado el escritor cacereño en una entrevista reportajeada concedida a El País.


Quizás no provoque ninguna catástrofe pero está por ver que no se tambaleen algunos estamentos de la sociedad; en especial, la Corona, cuyo principal representante, el rey Juan Carlos I de Borbón, es duramente cuestionado por Cercas. Don Juan Carlos cobró un papel protagonista en la noche del 23-F cuando rehusó apoyar a los militares e instar a las Fuerzas Armadas, en calidad de Comandante en Jefe, a desautorizar el golpe encabezado por el teniente coronel Antonio Tejero (vídeo discurso, 2:15 min.).


Cercas arremete contra el rey y su papel en los años previos al golpe: el rey “hizo cosas que no tenía que haber hecho y eso facilitó el golpe de Estado”, ha asegurado a Europa Press el autor de Soldados de Salamina. Resulta, cuando menos, llamativo el hecho de que la figura del Rey sea criticada, precisamente por ser Cercas un habitual colaborador del diario El País, un periódico apegado a la actual Corona española, que rara vez reprueba al Borbón y en el que, seguramente, nunca cabría una crítica de este calibre a Jefe de Estado español.


No obstante, Cercas asegura que con este libro no quiere llevar a debate la monarquía y afirma que, aunque el rey se equivocó, supo rectificar a tiempo y “diría que lo hizo muy bien”.


De esta forma, cuando Javier Cercas reconoce que el Rey fue el principal freno al fallido golpe, está huyendo de determinadas teorías conspiradoras que afirman que Don Juan Carlos fue el instigador, que promovió la rebelión militar para, una vez reprimido y solventado el golpe, fortalecer su figura y legitimar la monarquía en España.


Pero no es sólo Su Majestad el único al que atiza la nueva obra de Cercas: “Nadie estuvo a la altura. Tampoco la sociedad civil. Muy pocos dieron la cara aquella noche”, asegura el autor, convencido de que el mayor germen del golpe fue el deseo de toda la sociedad por que Adolfo Suárez saliera del poder.


Javier Cercas ha querido con este libro, fusión entre historia y crónica con grandes dosis de interpretación, recuperar un importantísimo período de la Historia de España que no deja más que “zonas de sombras”. “Mi trabajo ha sido como el de una asistenta, me he dedicado a limpiar la casa de falsedades, pero aún así seguirán existiendo leyendas sobre el 23-F”.




Javier Cercas habla sobre el golpe del 23-F (1:25 min.)





Javier Cercas, comprometido con la historia reciente de España


Con Anatomía de un instante, Cercas ha vuelto a reflexionar sobre un acontecimiento fundamental para la Historia más reciente de España. Como hiciera en 2001 con Soldados de Salamina, un libro en el que se narra cómo un escritor falangista, Rafael Sánchez-Mazas, es absuelto de ser fusilado por un joven soldado republicano, y en el cual se habla de la Guerra Civil Española, en su última obra, Cercas trata el golpe del 23-F. Sin duda, dos temas tremendamente controvertidos que han influido, de manera ineludible, en el devenir de la España actual.


Al igual que con Soldados de Salamina, también Anatomía de un instante ha obligado a Javier Cercas a realizar una exhaustiva labor de documentación e investigación. Partiendo de unas imágenes televisivas del golpe, en directo desde el Congreso de los Diputados (vídeo, 11:47 min.), apenas 35 minutos se pudieron grabar aquella noche dentro del hemiciclo, Cercas ha tenido que vencer una dificultad: “no hay documentos”. Por ello, ha tenido que aprender a fijarse en “esas cosas que todo el mundo hemos visto pero que no hemos acertado todavía a interpretar”.

lunes, 13 de abril de 2009

Salman Rushdie presenta en España su última novela " La encantadora de Florencia"

Salman Rushdie ha presentado en España su nueva novela, La encantadora de Florencia, en la que ofrece una imagen diferente sobre Maquiavelo al tiempo que retrata la realidad indoeuropea de los siglos XVI y XVII a través de una historia, según el propio autor, “que no es real”.


Salman Rushdie (Bombay, 19 de junio de 1947) presentó en la Casa de Asia de Barcelona, el pasado día 3, su último libro, La encantadora de Florencia (en inglés); una novela que evoca esa mezcla entre fantasía y realidad que Rushdie empleó en Hijos de la Medianoche (en inglés), y que sirve al autor para recrear una historia romántica y épica en la India convulsa de los siglos XVI y XVII. Una historia que, según su ha declarado su propio autor, “no es real, aunque en India todo el mundo cree que lo es”.


La encantadora de Florencia cuenta la historia de Akbar el grande, emperador del Imperio mogol (actualmente, India) al cual un forastero revela un importante secreto relacionado con sus antepasados: de una princesa india conocida como la Encantadora de Florencia y de su viaje frustrado a Florencia. A partir de una historia en la que se combinan hechos reales con la imaginación y la creatividad del propio autor, se refleja la fundación del Imperio mogol y de las guerras que finalmente dieron lugar a la India, precisamente, la nación que vio nacer a Rushdie y que tanto ha influido en toda su obra.


Aunque el escritor indobritánico ha reconocido que al principio creía escribir “sobre las diferencias culturales entre Oriente y Occidente", cuando hubo acabado la novela advirtió que “los problemas” se derivan de lo extremadamente parecidos que son los individuos de uno y otro territorio; esta circunstancia se prolonga en la novela, según Rushdie, en el personaje de Akbar: “la tragedia de los seres humanos no es que seamos diferentes, es que seamos tan parecidos”.


En este relato, además, Rushdie reivindica la figura de Nicolás Maquiavelo, al cual ha leído y estudiado durante los últimos diez años en su proceso de documentación e investigación para escribir esta novela. Según ha afirmado el escritor británico en unas recientes declaraciones a ABC, “cuanto más leía sobre él, más descubría lo poco que tenía que ver la imagen que nos ha llegado de él con la realidad”. Rushdie ha querido salvar esta distorsión ofreciendo una nueva imagen del filósofo italiano, con el cual, precisamente debido a esa imagen equivocada que él mismo ha padecido, se siente identificado. “Quizás dentro de cien años alguien haga por mí lo que yo he hecho por Maquiavelo”.


Mucha información ha tenido que procesar Rushdie para escribir esta novela y una amplia bibliografía la que ha tenido que manejar para contextualizar el relato en unas coordenadas espacio-temporales que sean reconocibles y creíbles para el lector, ya que, como el propio Rushdie afirma, “incluso si cambias detalles tienes que demostrar que sabes de lo que estás hablando y ofrecer una versión creíble del pasado”. “El lector ha de sentir que está en buenas manos”, asegura el escritor británico.



Rushdie, perseguido y amenazado de muerte desde hace 20 años


Desde que publicara su controvertida obra Los versos satánicos en 1989, Rushdie se ha visto acosado por el Islam casi al completo y obligado a vivir bajo el yugo de la sentencia de muerte que emitió contra él el ayatolá Jomeiní y que desde entonces muchos sectores del integrismo islámico, incluída Al Qaeda, quieren ejecutar. Protegido durante años por el Reino Unido, su otra patria y en donde reside en la actualidad, el escritor de origen indio ha sabido sobrellevar esta irracional situación, hasta tal punto que es capaz de bromear con ella, como así se demostraba, el pasado verano, en un artículo de la revista Magazine: “No pretendo ponerme a discutir con el ayatolá Jomeini, pero sí que tengo que subrayar que sólo uno de nosotros dos está muerto. ¿Será eso que dicen de que la pluma es más poderosa que la espada?”.


Rushdie, consciente de que no es el único autor perseguido y vilipendiado por hacer uso de su libertad de expresión, ha ayudado a otros escritores a superar la amenaza de quienes se sienten ofendidos por unas palabras que nacen de la libre opinión y expresión que, por lo general, no ofrecen el sentido que se le quiere dar. El último de estas plumas malditas, el napolitano Roberto Saviano, está amenazado de muerte por la mafia italiana por culpa de su obra Gomorra, en donde critica severamente a la camorra. Saviano ha asegurado en varias ocasiones que Rushdie le está siendo de gran ayuda en esta tarea que supone afrontar una nueva vida llena de escoltas, anonimato, secretismo y, sobre todo, de un gran miedo. Un miedo, el que padecen estos escritores condenados a esconderse, que nace de las palabras libres y críticas que no hacen sino dar cuenta de las mismas consecuencias que estos escritores (y su palabra) sufrirán, seguramente, hasta el final de sus días.



Salman Rushdie junto a Roberto Saviano